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Descubrà a Tula cuando Lorena hizo un llamamiento desesperado en La Xana, porque su dueño querÃa deshacerse de ella y llevarla a la perrera donde seguro la iban a sacrificar ¡No quedaba mucho tiempo!
TenÃa 5 años y eran los que llevaba encadenada en diferentes obras, pobre... Sólo la soltaba el cuñado de Lorena, a la hora de comer, porque trabajaba allà y era el único que se ocupaba de ella.
En cuanto la conocà y ya no podÃa ni dormir pensando en que Tula tenÃa que venirse conmigo a ser libre y correr por el prado y los montes con mis otros perros, Gengis y Rita.
QuerÃa que conociera la felicidad de la libertad, de respirar y pisar la hierba fresca, entrar en los arroyos, correr por el monte sin ataduras...
TodavÃa no la conocÃa y ya la querÃa.
Cuando llegó estaba estresada y nerviosa, no se separaba de mà ni un segundo, no se llevaba demasiado bien con mi perra Rita y tenÃa una gran guerra con mis gatos.
A ratos la ataba para que descansara, porque si no estaba siempre nerviosa y a la defensiva. Pero en pocos dÃas encontró su sitio. Comprendió que Rita es la que manda, pero se llevan muy bien.
Da gusto verla jugar y correr con los perros, es una rastreadora increÃble y con Rita siguen enseguida el rastro de cualquier animal que haya por el monte. Y al final del paseo, de premio, el baño, le encanta el agua!
Ahora ya creo que puedo decir que es una perra feliz y yo también de verla. Es un encanto, y las dos os damos las gracias a Lorena y su familia y a La Xana por darnos la oportunidad de conocernos y poder estar juntas.
Texto enviado por Marta
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