• Ten a mano su número de microchip si lo tiene, deberás facilitarlo a veterinarios y policía.
• Notificar la pérdida a la policía municipal de la población y de poblaciones cercanas donde se haya perdido el animal, en un radio de 30 kilómetros.
• Ponerte en contacto con las protectoras de animales y perreras municipales de la provincia.
• Contactar con los veterinarios de tu población y poblaciones cercanas.
• Hacer carteles con la foto de tu animal de compañía y colgarlos en veterinarios, tiendas, centro cívico, ayuntamiento, gasolineras, estaciones de tren, de autobús, etc.
• También puedes insertar en los datos en una base de datos de animales de compañía perdidos: www.artero.com y www.redmascota.com
• Insertar algún anuncio en revistas o periódicos de la zona.
• No desistir de seguir buscando. Nunca se sabe. Hay personas que han encontrado su animal meses después e incluso años.

VISITA AL VETERINARIO Y LA PELUQUERÍA

• Es imprescindible que nuestro amigo lleva la cartilla al día y que en prevenido ante pulgas, garrapatas y el temido mosquito transmisor de la leismhania.
• Llevar siempre un cajita de sedantes recomendada por nuestro veterinario. Por si acaso.
• Debe salir limpio.
• Llavará microchip ya que la identificación es obligatoria en todos los países de la Unión Europea.

EQUIPAJE

La 'maleta' de nuestra mascota debería in­cluir como mínimo el transportín y distintos elementos de alimentación, higiene y paseo.

• Alimentación: el pienso necesario para la estancia si se viaja a un destino lejano, recipientes para comida y agua
• Llevar cepillo, aerosol desparasitador y champú; correa, collar y bozal por si lo exigen en algún destino o medio de transporte. Y muchas bolsas para recoger excrementos.

EN COCHE

• Es aconsejable dar un largo paseo antes de salir de viaje.
• Hay que dejar que el animal explore y se fa­miliarice con el lugar que va a ocupar en el coche. Con su manta y algunos de sus ju­guetes preferidos, se sentirá más tranquilo
• Si el animal no está acostumbrado a via­jar, es mejor mantenerlo en ayunas, al menos unas 12 horas antes de partir.
• Si el coche es grande, lo mejor es situarlo en la parte trasera, separado de los ocupantes por una rejilla. Si no hay espacio, de­bemos colocarlo en los asientos traseros, en un transportín si es un gato o un perro pe­queño, y en el asiento contrarío al del con­ductor atado con correa sí es de mayor ta­maño. La DGT prohíbe que los animales viajen sueltos o en los asientos delanteros.
• Hay que detenerse cada dos o tres horas para que el animal dé un paseo, beba agua y haga sus necesidades.
• Jamás dejarlo metido en el maletero. La mayoría de los perros padece claustrofobia, y a más de 30º pueden sufrir un golpe de calor y morir.
• Si no hay más remedio que dejarlo en el coche, hay que aparcar en la sombra, con las ventanillas un poco abiertas y bien cerradas las puertas. Los tiempos de espera para el animal no deben ser muy largos; muchos animales se impacientan y pueden desa­rrollar una conducta nerviosa.
• Se debe impedir que durante el trayecto sa­que la cabeza por la ventanilla, porque es la causa de muchas otitis y conjuntivitis.
• Es imprescindible llevar agua y un reci­piente para darle de beber.
• Si el animal está inquieto y no para de tra­gar saliva, presenta síntomas de mareo. Hay que detenerse y dejarle salir del coche.